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domingo, 24 de mayo de 2015

Evolución histórica de los Cuentos Clásicos.

     Los cuentos clásicos atribuyen su adjetivo a la tradición que se ha forjado en torno a los mismos, y sobre todo a cómo se han transmitido de generación en generación. La evolución del tiempo ha supuesto que las historias de carácter mítico pasen a convertirse en leyenda, y finalmente en cuento, (Encabo, 2003).
       «El cuento es una de las formas más antiguas de literatura popular que al principio se transmitía oralmente y más tarde por medio de la escritura», (Fernández, 2010). Es complicado concretar el origen de los cuentos clásicos puesto que datan de la tradición oral. 


     Los primeros hallazgos de literatura infantil datan en el siglo XVI, cuando son fijados mediante la escritura por los recopiladores de relatos orales procedentes del folclore medieval. El autor destacado de esta época es Giambattista Basile que a comienzos del siglo XVII recopiló relatos de la época y creó su obra “Pentamerón”, que fue publicada tras su muerte en el año 1636 bajo el título “El Cuento de los Cuentos” y que integraba un total de cincuenta relatos procedentes de la mitología, fábulas e historias de tradición oral de la época. “La Cenicienta”, “El Gato con botas” o “La Bella durmiente” son algunos de los cuentos originarios de esta primera compilación escrita.

       A finales del siglo XVII se encuentran los relatos de Charles Perrault, once cuentos recopilados en una obra llamada “Los Cuentos de Mamá Oca”, publicados en el año 1695Sus cuentos tuvieron mucho éxito, tanto que en la actualidad seguimos conociendo muchos de ellos como son “Caperucita Roja” o “Pulgarcito”. También trascendieron versiones con toques personales de Perrault de las anteriormente originarias “El Gato con botas” y “La Bella durmiente”.
       Hasta este momento de la historia el sentido didáctico o instructivo de los relatos y cuentos iba dirigido tanto a niños como a adultos y podían encontrarse escenas en los cuentos realmente duras, cargadas de crudeza. Como ejemplo de ello tenemos la Caperucita Roja de Perrault «Le Petit Chaperon Rouge, en la cual una niña desatiende los consejos sociales y acaba cruelmente engullida por el lobo, en clara alusión a la advertencia de no hacer caso a los desconocidos», Encabo (2003).
       Sería en el siglo XVIII cuando se comenzarían a sentar las bases educativas para la infancia y se comenzó a crear cuentos destinados a los niños con fines pedagógicos. «La preocupación principal en este siglo no es la de entretener con aventuras maravillosas sino instruir y educar desde el pragmatismo, el didactismo o la moralidad», Martínez. N, (2011). En este periodo de tiempo cabe destacar a la  aparición del cuento “La bella y la bestia” en el año 1757. Escrita por la francesa Jeanne Marie Leprince, quien en realidad resumió la versión extendida original de otra autora francesa llamada Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve. Esta obra perduró a lo largo de los siglos siendo el relato más extendido tomada como base para versiones posteriores.
       A mediados del siglo XIX las versiones comienzan a suavizarse, siguen teniendo una intencionalidad educativa pero los valores a transmitir evolucionan a lo largo de la historia. Cabe destacar que como menciona Encabo, E. (2003): «El valor que se mantiene constante pese al paso del tiempo y la evolución de las sociedades: más puede la hermosura que billetes y escrituras».
       En la segunda mitad del siglo XIX proliferan los autores de relatos infantiles. Entre ellos destacan los reconocidos hermanos alemanes Jacob y Wilhelm Grimm  quienes en 1812 publicaron su primer libro de relatos populares “Cuentos para niños y del hogar”, atendiendo, inicialmente, al folclore de su país. Los hermanos Grimm siguieron trabajando a lo largo de más de cuarenta años llegando a publicar un total de siete ediciones, la última en el año 1857. Evolucionaron en la manera de redactar los relatos, los primeros tomos eran más técnicos, cargados de anotaciones, más bien apropiados para lectores adultos.  Tras su trayectoria terminaron por encontrar el equilibrio perfecto para que sus obras fuesen apropiadas para niños y perdurasen como lo hicieron a lo largo de los años.
       Entre los innumerables cuentos que figuran en los diferentes tomos de estos hermanos se encuentran cuentos que han perdurado a lo largo de varios siglos como “La
Cenicienta”, “Caperucita Roja” o “La Bella durmiente”. La evolución en la narrativa de los hermanos Grimm fue clave en la perdurabilidad en el tiempo de sus cuentos que han maravillado a generación tras generación. Cabe destacar algunos de los títulos que han trascendido hasta nuestro día a día como pueden ser “Hansel y Gretel”, “Rapunzel”, “Blancaieves” o “Pulgarcito. En la misma época cabe destacar otro autor, el danés Hanns Christian Andersen. En 1835 publicó “Cuentos de hadas, contados para los niños”. Aunque el autor aspiraba a escribir novelas y destacar como gran dramaturgo de la época, terminó por escribir más de 155 cuentos para niños y sería por ello por lo que se le pasó a considerar un gran representante de la literatura clásica infantil. Sus cuentos iban destinados a un público infantil y tuvieron un gran éxito que es notable ya que a día de hoy son reconocidos muchos de sus cuentos, como son “El patito feo”“El soldadito de plomo”, “El traje nuevo del emperador” o la “La Sirenita”, entre otros. Cerrando el recorrido al siglo más importante, el siglo XIX, cabe destacar al italiano Carlo Collodi como creador del famoso cuento “Las aventuras de Pinocho”, conocido a día de hoy recordando a los niños que mentir está mal. Este siglo deja un extenso legado de cuentos clásicos que han perdurado hasta la actualidad.


            Durante el siglo XIX comienza a gestarse un concepto de la infancia más similar al actual. Por ese entonces, la infancia es delimitada como una etapa diferente y específica de la vida, con características y necesidades propias. En este contexto, los cuentos tradicionales infantiles pasan a ser considerados como literatura dirigida específicamente a los niños. […] De esta manera, las historias quedaron aptas para educar a los niños en los valores de esta nueva sociedad. […] En líneas generales, las versiones que conocemos proceden de este último periodo. (Castedo, M., Paione,A., Hoz,G., Laxalt,I., Seibert,G., Wallace,Y., Rubalcaba,M., Bannim,M., Lichmann,V., López,A., Y Ortiz,P., 2009).

       Haciendo referencia al recorrido histórico de los cuentos clásicos cabe reseñar que éstos han estado marcados por un sentido didáctico desde su origen, evolucionando de manera paralela a las sociedades de la época. El sentido didáctico de las primeras versiones originarias se basaba en mostrar el mundo al campesinado, aportándoles estrategias para hacer frente a las adversidades y  transmitiéndoles la importancia de la valentía, la astucia y la suerte. Al suavizarse las versiones posteriores, en la que la sociedad se torna menos hostil los valores como la valentía y la capacidad de supervivencia dejan paso a otros valores como la integridad o la bondad de vida. Teniendo en cuenta la evolución cronológica, al llegar a nuestra era y los avances que esta conlleva cabe destacar que los medios de divulgación y comunicación de masas tienen gran influencia sobre la transmisión de la cultura. Tanto en el siglo XX como en el XXI los ya considerados “Cuentos Clásicos” se someten a modificaciones y adaptaciones cinematográficas y/o literarias, siendo ahora los valores que predominan los relacionados con la conservación del medioambiente, la integración social de las diferentes culturas o la empatía y la generosidad.

       El concepto de infancia a través de los siglos ha sufrido una evolución que depende directamente del contexto histórico; y del mismo modo los cuentos se han ido adaptando a esta evolución de dicho concepto en un continuum donde, estas historias con enseñanza que se iniciaron en la tradición oral, se transmiten a través de las generaciones mientras su significado se adapta al momento histórico.


Y desde aquellos cuentos creados para lo que eran "pequeños adultos" en los que predominaban las sombras y la oscuridad hasta el mundo de hoy, el mundo de las princesas, el amor y los musicales.

¿Buscamos un término medio? 
Encontremos el equilibrio entre la Tradición y la Innovación.

Espero que os haya gustado.









2 comentarios:

  1. Muy interesante la verdad!!aunque e de decir que bajo mi punto de vista no existen cuentos como los de antes,me encanta el punto de que pasen de generación en generación aunque sea adaptándolo a cada tiempo!!!

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  2. Gracias por esta mención a los cuentos clásicos... Estos GRANDES olvidados.

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